El nombre de Brian Fernández ha resonado en los titulares del fútbol argentino y más allá, no solo por su talento en el terreno de juego, sino por su constante lucha contra las adicciones. Desde su primer incidente público en 2016 hasta las recientes preocupaciones expresadas por él mismo en redes sociales, su trayectoria ha estado marcada por altibajos y dramas personales que han afectado su carrera deportiva de manera significativa.
El primer capítulo en esta saga de luchas personales se escribió mientras vestía la camiseta de Racing Club, cuando dio positivo en un control antidopaje en 2016, resultando en una suspensión de un año y medio. A pesar de este duro golpe, Fernández pudo reanudar su carrera en el fútbol argentino con Sarmiento y luego en el extranjero con clubes como Metz en Francia, Unión La Calera en Chile y Necaxa en México.
Sin embargo, sus problemas con las adicciones resurgieron mientras jugaba en la Major League Soccer (MLS) con los Portland Timbers en 2019. A pesar de los esfuerzos por rehabilitarse, Fernández sufrió una recaída que resultó en la rescisión de su contrato con el equipo. Regresó a Colón, su club de origen, en un intento por rehabilitarse nuevamente, pero los problemas persistieron.
La pandemia de COVID-19 brindó un breve respiro, pero la calma fue efímera. A pesar de jugar algunos partidos en la Copa Maradona, Fernández volvió a desaparecer de los entrenamientos, siendo internado en una clínica por su familia. Esta serie de eventos llevó al jugador a ser cedido a Ferro, donde nuevamente se enfrentó a problemas similares con las adicciones.
El año 2022 no marcó un nuevo comienzo para Fernández, sino más bien otro episodio oscuro en su trayectoria. Después de ser encontrado en estado crítico tras ausentarse de varios entrenamientos con Deportivo Madryn, fue internado nuevamente. Su breve paso por el club terminó con otro incidente relacionado con su consumo de drogas, lo que lo llevó de regreso a Ferro antes de protagonizar un escandaloso episodio donde apedreó un colectivo en mal estado, resultando en su hospitalización y detención.
A pesar de estos contratiempos, Colón le brindó una nueva oportunidad, pero las mismas luchas persistieron. Su reciente pedido de ayuda en redes sociales evidencia la angustia y la desesperación que enfrenta, buscando una salida de este ciclo destructivo de adicciones que ha plagado su carrera.
El presente año lo encontró en Almirante Brown, donde parecía estar encontrando cierta estabilidad. Sin embargo, su ausencia en algunos partidos y su mensaje preocupante en redes sociales sugieren que sus demonios aún lo persiguen.
Con siete partidos y un gol en la presente temporada, Fernández muestra destellos de su talento, pero la sombra de las adicciones amenaza con oscurecer su futuro una vez más.